Embarazo y osteopatía

 

Durante el embarazo, se observan grandes modificaciones en el cuerpo de la madre. Es un momento en el que la mujer experimentará en su cuerpo nuevas sensaciones. Los cambios físicos y emocionales requerirán una nueva forma de adaptarnos al día a día . Será muy común que aparezcan nuevos miedos por el gran cambio de vida que supone ser madre. Por todo esto, es importante dejarse guiar durante todo el proceso por profesionales que ayudarán a responder nuestras dudas e inquietudes y resolverán la mayoría de los problemas.

¿A que profesional acudir durante el embarazo?

 En este proceso, es muy importante obtener una buena atención multidisciplinar por parte de:

  • Ginecólogos
  • Fisioterapeutas
  • Osteópatas.
  • Otros sanitarios según la evolución del embarazo.

Hoy explicaré como puede ayudarte la osteopatía durante todo el proceso, favoreciendo las adaptaciones a las que se ve sometido el cuerpo de la madre.

¿En que puede ayudarme un osteópata durante el embarazo?

  • El osteópata, te acompañará en los cambios estructurales y musculo-esqueléticos. Durante el embarazo, los cambios posturales que se producen en la futura mamá son continuos, esto se debe a las modificaciones que sufre la pelvis para albergar al bebé.

La pelvis en osteopatía tiene una gran relevancia, es el elemento de unión entre extremidades inferiores y espalda. En el parto por vía vaginal, la pelvis realizará pequeños movimientos producidos por el descenso y salida del bebé. Para ello, el osteópata puede ayudarnos a que las estructuras óseas, ligamentosas y musculares tengan una correcta movilización con diferentes técnicas y ejercicios.

Por otro lado, la espalda está constituida por vértebras, que conforman   sus diferentes curvaturas. El vientre crece y se desarrolla durante el embarazo. Esto hace que las curvaturas que forman la espalda, tengan que modificar su forma para adaptarse a los cambios posturales del cuerpo de la madre. Si no conseguimos una espalda elástica y estable, y tenemos posiciones mantenidas, pueden aparecer numerosos problemas como ciática, dolores lumbares y hormigueo en piernas.

  • Trabajo de diafragmas: Es uno de los más importantes dentro del trabajo osteopático con mujeres embarazadas. El mal funcionamiento de los diafragmas ocasiona problemas circulatorios y acumulaciones de líquido, más evidentes en las extremidades inferiores de la madre y en la zona del suelo pélvico, pudiendo dar lugar a varices pélvicas.
  • Trabajo de suelo pélvico: El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que recubren la pelvis en su parte inferior y que tendrán gran importancia en el expulsivo del bebé. Conforman como una especie de hamaca en el periné y será trabajo del osteópata conseguir una correcta elasticidad del mismo. Un suelo pélvico en buen estado, reduce el riesgo de desgarros y episiotomías durante el parto. No debemos olvidar, que cada parto es diferente y que pueden producirse situaciones en las que no sea como habías imaginado en un principio. Hay que confiar en el equipo médico que te está asistiendo y entablar un buen diálogo para que ellos también conozcan tus deseos.
  • Realizar ejercicio durante el embarazo de forma controlada por un profesional, puede ayudar a tener un embarazo sin riesgos, una mamá sana y un futuro bebé libre de problemas producidos por el sedentarismo de la madre.

En definitiva, la osteopatía tiene mucho trabajo que hacer durante el embarazo para mejorar la calidad tanto de la madre como del bebé. Desde mi experiencia profesional, tengo que decir que es uno de los tratamientos más gratificantes y bonitos. Estás tratando a dos seres a la vez y experimentar el proceso de cambio en ambos es fascinante. No debemos olvidar que los profesionales sanitarios somos unos afortunados. El paciente se pone en nuestras manos y deposita toda su confianza en nosotros para poder acompañarle en este sinuoso camino.

 

 

 

El aparato digestivo: tu segundo cerebro

El aparato digestivo está formado por un conjunto de órganos encargados de transformar los alimentos en sustancias más sencillas que nuestro cuerpo utilizará como fuente de energía. A este proceso se le llama digestión. Estas sustancias elementales  serán  absorbidas  mediante la mucosa intestinal y, posteriormente, transportadas en la sangre y la linfa al resto del organismo.

El tubo digestivo está inervado por una extensa red de neuronas que conforman el “plexo mientérico”. Es la segunda mayor red de neuronas en nuestro cuerpo después del cerebro y se encargan de liberar neurotransmisores y hormonas.

El aparato digestivo y las emociones

Dentro de las hormonas que os comentaba que se liberan, se encuentra la serotonina, también conocida como la hormona de la felicidad y el bienestar. Y de aquí la gran importancia de cuidar nuestro intestino.

Este “segundo cerebro”, además de controlar el proceso digestivo de forma autónoma, también está ligado a nuestro bienestar y emociones. Los nervios, el miedo y el estrés, entre otras emociones, tienen a veces consecuencias a nivel intestinal en forma de estreñimiento, diarrea, etc.

¿Mi aparato digestivo funciona correctamente?

Cuando un aparato digestivo no funciona correctamente suele mandarnos señales: acidez, ardor, reflujo, pesadez,  hinchazón, dolor, gases abundantes,  irregularidad del tránsito intestinal, dolor de cabeza o náuseas, entre otras. En muchas ocasiones estamos tan acostumbrados a estas señales que las consideramos normales. Sin embargo, es muy importante escuchar estas señales que nos manda el cuerpo e intentar buscar soluciones.

Para ayudar a nuestro aparato digestivo a funcionar correctamente podemos seguir las siguientes pautas:

  • Masticar bien. Este es el primer paso en la digestión. En la boca el alimento se mezcla con la saliva, la cual contiene enzimas que comienzan el proceso de digestión.
  • Evitar comer con prisas. El estrés y la ansiedad son algunos de los factores que más modifican el equilibrio del aparato digestivo.
  • Comer variado y de temporada.
  • Ingerir agua.
  • Evitar alimentos inflamatorios como azúcares refinados y trigo.
  • Adaptar nuestras costumbres de evacuación, sin prisa e intentando una regularidad horaria.
  • Realizar ejercicio.

¿Qué os ha parecido el post? Espero que os ayude a cuidar de vuestro aparato digestivo y mejora tanto vuestra salud como vuestro bienestar.

Fascitis plantar: ejercicios para aliviar el dolor

aliviar dolor fascitis plantar

La fascitis plantar es una inflamación producida en el tejido de la planta del pie. Este tejido conecta el calcáneo con los dedos y una de sus funciones es la amortiguación del impacto que se produce al caminar. La inflamación de dicho tejido puede proceder de diferentes causas, algunas de ellas son:

  • El deporte
  • El exceso de peso
  • Un calzado inadecuado
  • La forma de la planta del pie
  • Tensión en musculatura posterior de la pierna
  • Mala repartición de carga sobre la planta del pie

Uno de los síntomas más comunes de la fascitis plantar es el dolor y la rigidez en la parte inferior del talón. Este dolor, además, suele ser más intenso por la mañana, después del reposo o al final de una actividad física intensa.

Ejercicios para prevenir la fascitis plantar

A continuación os dejo información sobre algunos ejercicios que os ayudarán a aliviar el dolor y prevenir la fascitis plantar:

  1. Recoger toalla: Coloca una toalla en el suelo y pon un pie sobre esta.
    El movimiento se realizará con los dedos en un intento de recoger la toalla, trabajando de esta forma los músculos flexores de los dedos del pie. Realiza tres series de 15 repeticiones.
  2. Ejercicio con pelota: Colocamos la planta del pie encima de una pelota pequeña de goma.
    Deslizaremos la planta del pie sobre la pelota de forma suave, produciendo así un masaje de la fascia plantar. Si en algún punto notamos mayor tensión, podemos mantener sobre este una ligera  presión unos segundos. Realiza este ejercicio durante 5 minutos.
  3. Ejercicio en garra: Para este ejercicio utilizaremos tubos de diferentes tamaños.
    Intentaremos coger los tubos fortaleciendo de esta forma la musculatura flexora de los dedos, evitando así una sobrecarga de la fascia plantar.
  4. Estiramiento de musculatura posterior: realiza tres repeticiones de 15 segundos.

Espero que estos sencillos ejercicios os ayuden a aliviar la fascitis plantar. Si necesitáis más consejo o tenéis alguna duda, ¡podéis contactar conmigo!